jueves, noviembre 23, 2006

Breve carta a Lulú J.


Lulú J:

Evidentemente, Vicky fue la primera persona que me habló de vos. Pero, increíblemente, primero te vi, y recién después, escuché hablar de vos. Y la primera vez que te vi fue en una fiesta, en Barracas. No estoy seguro, debe haber sido a fines de diciembre de 2003. Creo que fue Ev, la que me invitó a la fiesta. Me acuerdo que llegué bien tarde, y lamenté que Vicky (que no era mi chica, todavía, pero que me gustaba mucho, desde hacía años) no estuviera. Iba a llegar más tarde, tenía un casamiento. Después, nos arruinamos bastante la vida juntos, pero esa es otra historia. Entonces, cuando llegué a la casa de la fiestich (¿te acordás que para llegar a la casa había que subir una escalera, al final de un hall?), me sentì un poco rari, porque no conocía a nadie. Estaba por tocar una banda: "un loco, seguro que es una mierda", pensé. Y, obviamente, me equivocaba. Eras vos, con Los Warriors. Y me volví loco. Al principio, pensaba: "debo estar muy borracho, no me puede gustar todo este loco". Pero eran geniales. Cuando empezaron a tocar "Fuck me, baby", entendí todo. Diego era Lou Reed, pero hermoso. Vos eras lo más del mundo, y la Esteban García... el Cielo.

(continuará)

domingo, octubre 29, 2006

La Bernarda



Conocí al Lic. Ainbinder en el segundo semestre del año 2000. Los dos cursábamos Gnoseología. Estábamos en la misma Comisión de Trabajos Prácticos, con el Prof. Mario Gómez, que nos hizo leer las Meditaciones cartesianas de Husserl. Joder. Yo, en aquel momento, casi podría decirse que no estaba perdido de la mente. Sin embargo, creía que mi vida era un desastre. Había abandonado a una novia por su amiga, y había perdido a un amigo para quedarme con su novia. Lo hice. Esos días... estaba muy nervioso. Cambié de novia y en seguida me gustaba la hermana. No sabía bien lo que hacía, la verdad. En cambio, Bernardo... era una luz. No tendría más de 21 años, y, realmente, era capaz de iluminar el texto de Husserl. Yo no lo podía creer. Era fantástico. Mario Gómez nos hizo exponer unos parágrafos. Cada uno tenía que prepararlos por su lado. Fue hermoso. Obviamente, yo no tenía mucho que exponer. Apenas me limité a seguir la argumentación de Husserl, y hasta ahí nomás. En realidad, no dije una palabra que no estuviera ya en el texto. O sí, debo haber dicho varias, pero todas un loco. Bernardo, no. Revisó algunos apuntes, abrió el libro... y nos explicó Husserl. Lo mismo que siguió haciendo hasta hoy, en la cátedra de Gnoseología. Como alumno, Bernardo era genial. Como profesor (aunque nunca lo tuve), quizás sea demasiado...

Un paréntesis: Tengo ganas de llorar. No puedo quitarme de la cabeza la melodía de una canción de Xuxa. Me dan ganas de llorar. Es hermosa, pero cruel. Muy triste. Mi amiga Gaby E. la canta con Pony (increíblemente, un amigo de Stephy, la hermana de C...). Tocan el tema de Xuxa, y los fuimos a escuchar, con mi pastelito, el domingo, y ahora no puedo parar. Me voy a poner a llorar en cualquier momento.

Volviendo a La Bernarda, una vez me la encontré en un pasillo de la facultad. Estaba por dar un final. Me refiero a él, yo nunca me animé a dar finales. Todavía debo casi todos. Entonces, nos pusimos a hablar un poco y, no recuerdo cómo, me comentó algo de la novela de George Perec, traducida al castellano como El secuestro. Pocas veces conversamos de literatura, y nunca nadie más que él me habló, positivamente, de esa novela. Unicamente Bernardo. También, me acuerdo, una vez, nos encontramos sobre Puán. Estaba esperando, entre la fotocopiadora "Dionisos" y esa casa medio rari que hay al lado de la facultad. "¿Qué estás haciendo, acá?", le pregunté. "Estoy esperando; acabo de concursar para ser ayudante en Gnoseología, pero no creo que quede. Hay otros que tienen mucha más experiencia que yo". Se refería a Pablo Dreizik. Si no me equivoco, ese día entraron los dos a la cátedra de Walton. No habían pasado ni dos años de nuestra cursada con Mario Gómez. Walton debe haber frekeado cuando conoció a La Bernarda.

Esta foto fue tomada en las últimas Jornadas Nietzsche-Derrida, en la Alianza Francesa. La capacidad de organización de Bernardo, es impactante. ¿Será el Decano, algún día? Fantasía del futuro. Quizás, ya lo sea. Por lo menos, para Leibniz (quien creía o diseñó la creencia según la cual cada una de las cosas que le ocurren a un individuo -una mónada, decía él- ya están predeterminadas ontológicamente; algo así como decir que, en la "noción" de Ratzinger, ya está, desde siempre, el predicado "ser nombrado Papa, Benedito XVI, en 2005"). Capacidad de organización y trabajo, decía. Qué fuerte. Si tengo que pensar en alguien capaz de no hacer lo que se le cantan las equis, sino lo que verdaderamente quiere hacer (como diría Ev), pienso en él. Y sí, lo admiro. Lo respeto, en el mejor sentido de la palabra (que, en realidad, es su peor sentido). Lo admiré mucho en las Jornadas Nietzsche 2004, cuando lo ví laburar a mil, sin un compromiso previo. O, al menos, yo creía que no estaba comprometido. Laburaba a la par nuestra. Se rompía el equis.

Un tiempo, en 2004, venía a mi casa de Olleros, donde nos reuníamos con un grupo de lectura de Contribuciones a la filosofía. Acerca del evento, de Martin Heidegger, que acababa de aparecer en castellano. Mario Gómez también participaba. Llegaban a casa a las nueve de la mañana, con medialunas. Yo, por lo general, no había dormido. O sí... una hora. Y, obviamente, durante la reunión, no cazaba una. Un loco, realmente. Me comía las medialunas con toda la furia bajonera del caño que había estado fumando hasta un par de horas antes. De todos modos, si hubiera dormido normalmente, y sin caño, tampoco habría entendido nada.

Hablar con él, encontrarnos, me produce un inmediato placer. Tiene algo que, realmente, me mata: escucha prestando atención a lo que uno le dice. Es insólito. No conozco a nadie más, de verdad, que sea capaz de algo así.

Ya no tengo ganas de llorar. Son casi las seis de la mañana (del 16 de noviembre de 2006; la fecha que figura arriba, es la fecha en la que decidí escribir esta entrada, cuando la Ev me mostró la foto). Mi pastelote duerme en mi cama. Estoy enamorado de ella en un %100. De todos modos, no voy a meterme en la cama. Muy al contrario, voy a ponerme a terminar mi "lectura" del texto de Glenda S., sobre Wittgenstein. ¿Qué pavada voy a decir en esas Jornadas? Lo de siempre: huevada y media. ¿Qué otra cosa podría hacer? Es lo que mejor me sale.

miércoles, octubre 25, 2006

La doble con el fotolog


Este es mi hermano Juan, en Olleros. Está frente a la puerta del cuartito del patio, donde hoy vive El Matarife. Algún día, fue mi cuarto. Allí tuve mi primera biblioteca personal, en aquel cuarto de terror. Me acuerdo que, a la noche, escuchaba gemir a los gatos de Colegiales. Parecían bebés en equis situación. Me desesperaba un poco. Yo estaba en una época medio rari, como siempre. Participaba en la juventud del Frente Grande, con quienes rompí después de hacerle una entrevista al violero de los Ratones Paranoicos, para la revista del Partido. Estaba en 5to año, como Fabián Vena en Socorro. Mi cuartito no conoció el costicismo verdaderamente. Cuando viví allí, acababa de separarme de mi primera novia y, más bien, fue un cuarto de soledades. Sin embargo, María (una chica que conocí en los games de Lacroze, y que estaba por casarse con un tipo gigante que jugaba mientras ella me miraba de reojo) estuvo un par de noches en mi cama, en el cuartito que hoy es del Matarife. El cuartito que mi hermano Juan, que vive en Mallorca, mira con picardía en la foto. Pobre Mumi, nunca confió en Papá. Y hacía bien. Mi papá, toda la vida, fue un flor de hijo de puta. María venía a Olleros, y me lloraba su casamiento inminente. "Hoy compró toda la vajilla", me decía. Yo, la verdad, no quería el costicismo. Así estaba bien. María era demasiado melancólica. No daban ganas de quitarse la ropa, la verdad. "No me quiero casar. Quiero estar con vos", me decía. No sabía cómo dejar a su marido antes del casamiento. Y finalmente lo hizo de un modo extraño. Se anotó en la Facultad de no sé qué carajo, en Entre Ríos, donde vivía una hermana suya, bastante mayor que ella. Se fue a estudiar Biología. El marido freakeó. Entonces tuvo la excusa perfecta: "vos no aceptás lo que quiero para mi vida, que es estudiar Biología en Entre Ríos, cerca de la Naturaleza. No me puedo casar así". Y se fue. Nunca más supe nada de ella.
El Matarife, que vive ahora mismo en ese cuartito, es un ex-levantador de quiniela, ex-gigoló, ex-carnicero, y actual DT de un equipo de fútbol del gremio de carniceros. Tiene casi 80 años. No paga alquiler. Mi papá lo deja vivir allí, por haber sido capaz de soportar a mi abuela los útlimos años, antes de su muerte. El Matarife la cuidaba, y la tuteaba, cosa que ella jamás. Ella le decía: "¡Orlando, teléfono!". Y él: "Ya voy, Matilde, no me grites que estoy al lado tuyo".
Mucho antes de que sucediera todo esto del Matarife, el cuartito era el lugar al que iba a parar toda la mierda de la casa. Botones, palos de amasar, carpetas. Había una humedad que era, realmente, un loco de remate. No se podía respirar. Y mi hermano, de chiquito, era miedón, y hermoso. Muy hermoso.
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Decidí subir este mismo texto que escribí, esta madrugada, para el fotolog. No sé, me pareció que iba. Que tenía un espíritu afín con "En busca...". Ahora, casi las once de la mañana, sigo leyendo un artículo de Paul de Man. Sobre la imposible tarea de la teoría literaria y la consecuente resistencia de sus aficionados, que después de dedicarse a marilynear un poco en la teoría, dice de Man, finalmente abandonan, desilucionados, al enfrentarse a la imposibilidad, que, según Paul, es la verdadera fantasía. Yo no estoy tan seguro. Creo que la teoría literaria, sí, se vincula a lo imposible, pero no menos que cualquier otra cosa en esta vida.
Tengo ganas de terminar este parcial, y salir a divertirme con mi pastelito. Aunque, increíblemente, antes de ayer, de tantas salidas, excesos y gastos de energía, no pude contener mis lágrimas. Lloré. Y mientras lo hacía, pensaba: "necesito un poco menos de intensidad en mi vida. Esto es demasido". Bajar un cambio. Poder estar solo, en mi cuarto, como decía Pascal, sin hacer nada. Por lo menos... cinco minutos. Pascal decía que la guerra existía porque los hombres no eran capaces de estar sentados en su habitación, sin hacer nada, ni siquiera pensar, durante cinco minutos al día. Pascal probó, y tuvo una revelación. A partir de entonces, dejó todo por El Equis.
Si me quedase cinco minutos quieto, no te digo que dejo todo por El Equis, pero capaz que podría ganar algo de dinero. Incluso, en una de esas, ahorrar.
Joder. Estoy quebrado. Pensaba, ¿qué puedo vender? El blog. ¿Me darán veinte mangos por "En busca..."? Ya lo sé. No. Ni veinte guitas, increíblemente. ¿Y el Premio Clarín Novela? Cien mil mangos. Qué fantasía.
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Una vez, me acuerdo, mi abuelo, bajó una pesada escultura del cuartito que hoy es del Matarife (ella volvía a la primera historia), una cabeza de mujer, y nos pidió a mi hermano y a mí, que la destruyéramos a martillazos. Yo tendría 6, y Juan, 8 años. Nos dió un enorme martillo a cada uno. La escultura, era de una famosa artista plástica. Una mina que, todavía hoy, expone en el Recoleta y lugares así. Se la había regalado al viejo vaya a saber uno por qué.
Quedó reducida a polvo. Hijo de puta, también, mi abuelo. Nos hacía trabajar la fantasía de la destrucción.

jueves, octubre 12, 2006

El costicismo del otro


Desde hace algunas semanas, vengo soñando con alguna personalidad del mundo del espectáculo que me exhorta a abandonar el costicismo con chicas casadas. Raro, porque en este momento, yo mismo estoy casado. Incluso, se podría decir que estoy "del otro lado". Mi novia es acosada en su lugar de trabajo. Un famoso profesor de filosofía la invita a salir; o se invita, él solito, al depa de mi pastelito. Y que venga, nomás. Le preparo una fondue con tutti. Fantasía para el costicismo de mi esposa.
El caso es que soñé que Pergolini me dejaba sin trabajo, a menos que renunciara a acostarme con una chica casada. Y en sueños, renuncié. Joder. Se ve que estoy pagando, o pegando, los platos rotos del pasado. "El costicismo es cosa del pasado. Ya no se doblan nuestras rodillas ante el costi-costi". ¿Quién lo dijo? Hegel. A partir de entonces, páginas y páginas sobre la llamada "muerte del costicismo". Hegel fue un experto en crear famosos malentendidos. El costicismo, como el arte, no puede morir, aún cuando ya sea cosa del pasado.
En esta foto, se ve a mi amiga. Mi íntima María. El hombre que tiene al lado es su ex marido, que supo perseguirme sistemáticamente hasta no hace mucho. Un tipo alto. María es mucho más chiquita que él, pero tomé la foto de modo tal que se la viera a María lo mejor posible, y así... su marido se achicaba a medida que mi amiga crecía. Foto de una foto. Están en el norte, empastillados.
Entonces, sueño los platos rotos. El Crack-up. En estos días tengo que escribir una ponencia sobre Scott-Fitzgerald, sobre este mismo tema: cuando la vida se quiebra o se rompe, como un plato. Joder, la vida rota. Intento no quebrarme, pero hay partes de uno que se fisuran. No hay vuelta que darle.
La primera vez que me metí con la mujer de otro (fuera de mi mami, que nunca la consideré definitivamente de mi papi), fue con una ex novia de mi mejor amigo. El nombre del costicismo, Paula. Cosa del pasado, Paula Bresci. Hoy es cantante de ópera. Canta en el Colón y todo. Cuando cumplí 14, Paula me enloqueció. O, en realidad, fui yo el que empezó a enloquecerla. Le dejaba carteles por la calle. Los hacía en casa, con el banner. Un loco. Se los dejaba en las calles que yo suponía que recorría ella para ir al colegio. Mi amigo había salido con ella un año y medio atrás. Paula no quería el costicismo conmigo. Marilyn. Sólo quería que le dejara más carteles, y hacerme llorar por teléfono. A lo largo de mi vida, lloré tanto por teléfono, que realmente no lo puedo pensar. Paula me hacía llorar. Todos los días. Y volvía a negarme el costicismo. Hasta que un día... me puse a salir con una amiga suya. No fue un plan; simplemente, sucedió. Como siempre. Entonces, todo cambió. Joder. Viví esta misma historia un millón de veces. Conozco variantes y variantes de la misma historia de amor. Paula freakeó. Todo el amor del mundo, de repente, todo el amor del mundo... para mí. Podía hacer con ella lo que me saliera de los cojones. Poder. El poder del costicismo. La tiranía. El poder de destruir con un beso. Hacer llorar al otro. Decirle que es tarde. Destruir con el beso que no se da. Qué horror. Paula lloraba, incluso, cuando estábamos en casa de mi novia. Yo iba a la cocina, a buscar algo, y allí estaba Paula, esperándome y pidiéndome que dejara a Solita. Mi novia, entonces, era Solita. Soledad R. Todos mis costicismos, hasta el Gato incluído, fueron judías. Todas. Y salí con ellas por orden alfabético. Después del Gato, católicas. La primer católica que soporté, era insoportablemente católica, infiel e hija de puta, como todas. Mi esposa actual es, también, de familia católica, pero conoce el costicismo del judaísmo hasta en sus últimos detalles. Oro en polvo. Pero no quiero irme por las ramas del Árbol de la Vida.
Solita, unos cuántos meses más tarde, me rompió el corazón en mil pedazos. Me mató, un verano. Y Paula... obvio que ya no quería el costicismo. Pero era mentira. Siempre lo quiso. Paula quería el costicismo conmigo y con mis hermanos. Sobre todo con Facundo. Sin embargo, increíblemente, nadie lo tuvo. Nadie tuvo el costicismo con Paula, que se perfilaba como la más put de todas.
Solita sigue sin atenderme, cuando la llamo. Increíblemente. Y pasaron... 15 años.

lunes, julio 31, 2006

Viaje a las estrellas


Mi mami está terminando el tratamiento. ¿Qué otra cosa puedo pedirle a la vida, que la vida misma de mi mami? No se imaginan lo que fue ir y venir, para nosotros, este año, de casa al médico, de casa a la clínica, y, en fin, de casa a la casa de mis amigas, a olvidarme de todo por unas horas. Realmente, fue un año muy difícil para mí, hasta ahora. Casi no fui capaz de ocuparme de nada.
Me enamoré de una mujer maravillosa, que sabía de mi estado actual: la más bruta incapacidad. Al principio del año, todo era a77aques de angustia, llanto y perdición mental. Una búsqueda entre Santa Mónica y Marleau-Ponty, en un punto (llanto desconsalodo y exploración perceptual). Una excursión al interior, al fondo mismo de la angustia, en busca de la exterioridad... Y la chica que amo, vino conmigo o fui yo el que la siguió. No lo sé. Lo cierto es que nos fuimos juntos.
El viernes pasado, mi mami terminó su tratamiento, y para festejarlo, la chica que amo y yo, nos fuimos a Saturno. Increíble. Una intensidad casi insoportable, en el viaje al planeta hecho de anillos y melancolía. En el momento de mayor pasión intergaláctica, de repente, lo ví: ¿a dónde vamos a ir, ahora? Esa era la única pregunta posible: ¿Qué vamos a hacer, ahora?
Trabajar. Rubia debilidad. La miro y enloquezco de puro amarillo y avioncitos con ranitas espaciales, y Dickens, con todo: gatito, chimenea, escena interior, y mi novia narradora contándomelo todo, en la ventana. Somos una caja de marcadores de colores. No lo puedo creer. Leer una novela, eso voy a hacer: Un lugar llamado nada, de Amy Tan. Tengo que escribir una reseña de ese libro, para Radar. La novela, en principio, parece un loco, pero increíblemente, no lo es. ¿Y después? Escribir "El blanco de pava", un relato en torno a una chica que conocí hace exactamente tres años. ¿Después? Leer a Espósito de una vez, y recorrer el concepto de vida en sus textos traducidos al castellano. ¿Y entonces? Sentarme a escribir "Besos detrás de una cortina de agua", un relato sobre una chica con la que salí el último verano, y un chico, que salía entonces y sale aún, con ella.
Un lugar llamado equis. Todo el 2005, y 2004, estuve ahí. Casado con la nada. Esperando algo que nunca iba a suceder, carajo. ¿Qué estuve haciendo todo ese tiempo, en lugar de trabajar? Claro. Trabajaba por el costicismo. El costicismo perdido y el costicismo por haber. Pero, ¿el verdadero trabajo? Siempre cayendo por un borde. Estoy harto de los falsos márgenes.
La chica que amo duerme, pero no en mi habitación. Está en su casa. Fuimos al cine, y tuvimos que separarnos por una noche. Joder. La extraño mucho. Es hermosa. Es realmente, hermosa. Dirije todos mis viajes, hasta hacerme perder la razón. Juega a la escondidas conmigo. Se esconde, y cuando la encuentro... los dos estamos perdidos, y ya nadie puede encontrarnos. ¿Por qué no estoy durmiendo a su lado, en este momento?
Te amo, botecito. Espero que me lleves lejos, muy lejos. Mi increíble Jack Sparrow-mujer, de mi vida y mi viaje a las estrellas. Mis avioncitos de colores.

jueves, julio 27, 2006

Muslip - Dorr (nueva dirección)

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Eduardo me pidió que cambienmos la dirección del blog. Hoy estuve en su casa. Leímos un poco algunos de los textos que estaría publicando, inminentemente, en LA VIDA PREGUNTALE. En principio, iría Diciembre, que es un relato genial. Probablemente vaya en dos entregas, ya que es bastante largo (por lo menos, teniendo en cuenta que leer en la compu, muchas veces, es un empalague mortal).
Ayer tomamos unos tequilas en un bar zapa del Abasto, escuchando Gilda, Pibes Chorros, Sandro, y otros temas que salían caóticamente de la fonola del local. Un clima muy "miren lo que les traje: camisas", en el Abasto.
La chica que amo no quiso que viésemos Poseidón, porque trabaja un costicismo de un costicimo suyo de 1810. Realmente, sus argumentos para no verla, eran inaceptables, pero Eduardo no quiso ponerse de mi lado, por cortesía. Bien por él. Y la chica que amo... un loco. Marilyn, además; pretender que en una superproducción de Hollywood, trabaja un costicismo de un costicismo de uno mismo. Por favor... Igualmente, era tarde. Casi las 2 de la mañana. Si nos metíamos en una sala, saldríamos a eso de las 4. No daba. Y, en fin... tomamos unos tequilas.
Antes de la perfo anti-Poseidón, comimos en "Los Trujillanitos"; un restaurant peruano de oro puro. Papa a la huancaína, cebiche y tamales. Hermoso, la verdad. Cuando estábamos en plena papa a la huancaína, Eduardo dice: "Me gustaba más LA VIDA PREGUNTALE". "¿Querés que lo cambie?", le dije. "Creo que sí".
LA VIDA PREGUNTALE fue idea de la chica que amo, que casi no probó el tequila, para mi asombro.
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Lu: Preguntale no se consigue. Ojalá se reedite en Mansalva (con La doble, segunda parte de Preguntale), o Cencerro (si a Jose le parece). Todos los ejemplares fueron vendidos, entre Belleza & Felicidad (Acuña de Figueroa 900) y los eventos de lectura. Es una pena que no pueda enviártelo.

lunes, julio 24, 2006

Equis pesos de un fin de semana


Nunca tengo un peso en el bolsillo. Todo lo que llega a mis manos, lo gasto en cosas ricas y regalos. Sinceramente, el dinero no es para mí. Y si algún día llego a tener mucho, probablemente ya no lo tenga al día siguiente. En fin. El último jueves recibí un llamado para un laburito de cuarta: una desgrabación. "Excelente", pensé, "voy a poder moverme un poco". Estaba seco. Ni un peso desde hacía ya unos días. Un loco de situación financiera, realmente. Me llama Hugo (unos 65 o 70 años), y me propone equis laburo, desgrabando un teje insoportable de una hora y media. Acepté al toque. Nos reunimos, me dio el cassette, y yo le pedí un adelanto. Increíblemente, accedió. Un milagro.
Hace una semana, tuve una escena parecida, pero rara. Digamos que entregué un trabajo (pero nada que haya desgrabado, sino una especie de texto equis -aunque divertido, también- que tuve que escribir, movido por la necesidad de dinero), pero no sólo no conseguí que me pagasen, sino que, francamente, no veo claramente cuándo vaya a ocurrir eso. Ojalá que pronto (aunque tampoco es ninguna fortuna, como para andar haciendo plegarias). Y Página/12... Bueno, la verdad es que sigo muy contento con escribir allí. No me puedo quejar. En un punto, estar publicando en Radar, también es un milagro.
Entonces, el jueves estaba muy contento. Era el día del amigo (y el cumpleaños del equis, y de Guido Segal), y había un asado en casa del marido de Ev. Fui con Ceci, la esposa de Facu. En casa de E, me esperaba la mujer que amo. Compramos un par vinos y ocho morcillas, con Ceci, y nos fuimos a casa de E. Por el camino, le preguntamos a la luna. El tamborcito calchaquí se había quedado en Tucumán, por suerte. Facu se fue a dormir (trabaja desde muy temprano, el equis), y después de un rato en bondi, llegamos a lo de E (qué largo se me hizo). Y, ¿qué te puedo decir? Me emborraché, porque el vino que pagó Ceci, era demasiado rico, y los que siguieron... ya no importaban si eran ricos o qué. Y la chica que amo, me miraba, un poco alucinada, ella. Andá a saber qué le había dado la Ev.
Conversamos de esto y lo otro, con E, el marido de Ev, y no llegamos a ninguna parte. Pero creo que él también, se emborrachaba conmigo, o era que el asado lo tenía así. E: sos un divino. Te quiero. Hubo un aplauso para el equis, pero no por el asado, sino por unas notas que exihbió, si no me equivoco, Martin L., el ex de mi ex (y ahora, mi amigo, también; ¿por qué no?). ¿O fue la chica que amo la que sacó esos exámenes en pleno asado? En fin, aplaudimos...
¿Y después? Yo ya estaba perdida de la mente, la verdad. Me acuerdo de un episodio medio equis con la suegra de Ev. Mejor ni lo cuento.
¿Y después? Equis cosa. Nada se puede contar. Me emborracho, y después no se puede contar nada. Un loco, realmente. Martín L., me regaló una camisa negra de oro puro. Gracias, querido. Te quedaba divina, te aviso. Mi chica y yo lo comentamos. Pero Marilyn se quedó en musculosa, y cuando le dije que se pusiera la camisa, que hacía frío, al tiempo que la elogiaba: "Te la regalo, Dorr". Y me la puse, al natu. Desde entonces, entiendo ese dicho que reza: "miren lo que les traje: camisas".
¿Y después? Preguntale. Y ya no sigo, mejor, porque tendría que contarles todo el viernes, y la cena en casa de Bex, y lo que fue después. Y no da, sería demasiado.
Sin embargo, hay algo que no puedo dejar pasar. El viernes, antes de ir a lo de Bex, mientras esperaba que llegara la chica que amo, me encontré con mi ex ex ex ex ex ex: Luciana G. Un loco muy grande, realmente. Tuvimos una conversación y todo. Ella esperaba en la puerta de un cine de Belgrano. "Creo que me dejaron plantada", me dijo. "¿Tu marido?", le pregunté. "No, Caro y Laura, las conocés". Y sí. Me acuerdo de ellas. 1810. Luciana y yo salimos en 1810 (en mi época post-Elízabeth). Fue un hermoso desastre. "Seguís usando el mismo perfume", me dijo. Falso. Acababa de ponerme un poco del frasquito que me trajo Muslip de regalo. "No, es otro", le dije. "Entonces, el mismo desodorante". Y tenía la razón, increíblemente. Luciana es inteligentísima (escribe muy bien), pero siempre le gustó hacer de cuenta que no lo es. Simuladora, la equis. No entiendo por qué. Y costi, además. En eso (en los dos rasgos), C... y Luciana se parecen. Como si ocultar su inteligencia les permitiese ver mejor en la oscuridad, y trabajar mejor el costicismo, desde una ingenuidad que nunca existió en realidad. En fin, allá ellas. La cuestión es que Luciana me comentó que había leído el blog. Inmediatamente, creo que se arrepitnió de decirlo.
El sábado y el domingo, estuve desgrabando esa insufrible fantasy para Hugo, hasta hace unas horas, incluso. Y cuando terminé (domingo a las 23.50hs), me refugié en mi habitación, a fumar y mirar la TV. Miré Top Cat, y me sentí identificado. Mi amiga, Silva, dice que soy igual. No lo creo, pero me sentí identificado de todo modos con "Don Gato". No tiene un mango, y lo único que le importa es hacerse la fantasía a costa de otros. Me sentí un poco mal, por eso. Don Gato tiene energía blanca, pero es energía negra. Quizás, yo también. Equis. Después vi una peli horrible, con el costi de Benicio del Toro y Juliette Lewis. Un bajón, pero James Caan hizo que me quede hasta el final. Y cuando terminó, pensé otra vez en Luciana (pero no costi, sino de otro modo). En 1810, salimos. Hicimos un desastre, realmente. "La verdad que fue divertido", le dije, en la puerta del cine. "Sí", me contestó, y agregó equis cosa, que no viene exactamente al caso. Pero, más que divertido, había sido un desastre. Me engañó vilmente, y fue engañada, también... vilmente. Un espanto. Nos hicimos daño, casi sin conocernos. Éramos chicos, aunque no tanto. Ella sí, tenía 18. Ahora, 25 años. Entonces, pensando en todo aquello, y en ese comentario, "leí tu blog", entendí que quizás, era ella la que me había escrito, en forma anónima, equis cosa, con equis energía, que hizo que, finalmente, dejara de escribir, de tanta energía negra que había entre los comments. Razones, ella, tenía de sobra. Sin embargo, quizás no fuera ella. Además, en la puerta del cine, se la veía feliz de poder encontrarnos, después de mil años. Yo también estaba contento de verla. Y la chica que amo, llegó, y nos fuimos con un vino tinto y champagne, a casa de Bex.
No. No puede haber sido ella, la que me escribía con tanta energía negra. Aunque, quizás sí. No, no puede ser.
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Mañana, Hugo me paga equis pesos. Menos mal. Es poco dinero; tiene que durar hasta el finde, por lo menos. Y después, preguntale otra vez. Preguntale para siempre, con los equis pesos, que nunca tengo un mango ni para comprar un pancho en Retiro.

jueves, julio 20, 2006

La vida preguntale


PREGUNTALE PERDURABLE
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En busca del costicismo perdido está en su fase de encuentro. Es así, el que le pregunta... encuentra equis cosas. Y yo le pregunto sin parar (por lo menos, desde hace unos cuántos meses), y la vida me responde -a veces con monosílabos, pero son respuestas, al fin.
El día del amigo es el día de cumpleaños de mi primer costicismo cultural. Feliz cumpleaños, querido. Siempre me acuerdo de vos y tu irracional conducta de guardar todos tus CD´s en el closet. Te mando un beso grande como tu colección de Lou Reed & Velvet Underground.
Día del equis. Me escribió C... (¿se acuerdan?). Dice que me manda tantos besos que se siente merecedora de un capuchino conmigo. Está casada, la equis. Bien por ella. Hasta donde se, estaba dando vueltas por Montevideo. Siempre haciendo escándalo, la equis. La última vez que la vimos (yo estaba con mi novia: sí, estoy casada con papeles), fue en Kim y Novak. Preguntale. Yo estaba odiada por equis situacionch. Había perdido equis pesos, todavía no entiendo cómo. En fín...
Día del equis. Me llamó el Totti. Estábamos distanciadas. Hablamos un rato. Me contó de su nuevo piano alemán y su nuevo depa, en Belgrano (cerca de donde van a mudarse pronto, también, Facu y Ceci, que, por otra parte, siguen juntas y divinas las dos). Y, por suerte, conseguí algo de dinero para pagarme unas cervezas esta noche, cuando me encuentre con mis amigas y amigos en un bar de Corrientes y Rodriguez Peña, incluído Eduardo Muslip.
Eduardo y yo vamos a escribir un blog juntos. La idea es convertirlo en nuestro taller. Ahí está. No quiero dar mucho detalle de lo que todavía, en realidad, ignoro.
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Amo a mi chica. Eso me tranquiliza. Mi vida es bastante más normal de lo que era el año pasado (aunque, en realidad, preguntale). Los locos son, más bien, del orden del endon (el adentro), y la cosa no pasa a mayores. Digamos que... dejé de arruinarme la vida a través de otras vidas, para pasar a reconstruir mi propia existencia (que todavía está en ruinas). Estoy removiendo escombros. Y en el fondo, entre las poquerías que encuentro, también aparecen cosas hermosas... fantasías... y la vida (un gato atrevido) se despierta al lado mío, tirándome del pelo (el poco que me queda), y me agarra un a77aque de alergia y alegría.

martes, abril 04, 2006

Cuando es imposible escribir al natu

Estoy pasando por un período de crisis. Esa es la verdadera razón por la que no logro conectarme con una escritura diaria. Se supone que escribo al natu, y lo cierto es que no lo estoy haciendo. Si escribiera al natu, todo sería mejor. Pero las pocas cosas que andan bien en mi vida... se irían a pique. De hecho, en cuanto escribo dos o tres cosas, recibo un llamado telefónico: "Por favor, sacá eso que pusiste. No te pido que saques todo, únicamente ese párrafo", me dicen. Y saco todo, porque la verdad que no valía la pena conservar lo demás. No había sido escrito al natu. Y si no es al natu, más vale no escribir una palabra.
Alguna vez me amenazaron con golpearme, si escribía esto o aquello en "En busca...". Un loco, realmente. Me dijeron que era un alcahuete equis enorme, siempre contando la intimidad de los demás. O si no, alguien se callaba cuando caía en la cuenta de que yo estaba ahí, escuchando: "No vayas a escribir nada de todo esto, Mariano Dorr, ¿eh?". Y no entiendo por qué iría a escribir algo sobre las cosas que escucho. Jamás lo hice. Apenas me limité a contar los pormenores de mi última gran separación. Y si me ensañé con alguien, fue únicamente conmigo.
¿Por qué me cuesta tanto seguir haciéndolo? Algo se modificó, para mal. Sencillamente, ya no puedo escribir al natu. Se acabó. No soy capaz de escribir una sola de las cosas que me están pasando en este preciso momento, en esta casa (que no es la mía). No puedo. Una sola palabra implicaría la banalización inmediata de todo lo que, de hecho, está aconteciendo.
Y lo que acontece es (como diría Woody Allen) una ópera de Puccini (1ra, 2da y 3era parte), con un millón y medio de bemoles y sostenidos. Preguntale. Reformulá la pregunta, y volvele a preguntar.
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Escucho ruidos... ¿será ella?

jueves, marzo 23, 2006

Bodas de sangre



Hay diferentes clases de vampiro. Este que tenemos aquí, tiene energía blanca. Se hace una transfusión y ya está. Al natu. No se mete con nadie. Consigue la sangre, tranqui, y se la administra. Otros, en cambio, chupan la sangre de criaturas indefensas, poniéndolas en peligro.

María S. fue la primera en llamarme la atención respecto del vampiro de "El almohadón de plumas", de H. Quiroga. Sin dudas, se trata de una historia de vampiros. Las historias del Chupacabras y el Pitufo Enrique también van por ese lado. Sin embargo, la leyenda del Chupacabras cayó por un borde cuando descubrieron que, una de las vacas encontradas, había sido a77acada por un tipo de avispa poco conocida, que se caracteriza por entrar al cuerpo del animal por la boca, llegando al estómago, y recién allí, a77aca de verdad. El resultado es, en este caso, una vaca comida de adentro para afuera, dejando el pelaje del bovino practicamente al natu.

El Pitufo Enrique (un gnomo que acecha a remiseros y policías de un pueblo de Catamarca) fue visto en muchas oportunidades y, hasta ahora, no hay desmentidas que puedan ser oídas con seriedad. Increíblemente, existe... Es un vampiro verde y cruel. Una banda de cumbia tiene un tema sobre el gnomo catamarqueño y sobre cómo Crónica TV trató el caso desde el año 2000.

Yo estoy investigando la vida de un vampiro rarísimo y, sin embargo, muy cercano. Ya les contaré de qué va todo este costicismo. Lo que está en juego es nada más y nada menos que todo lo real. El vampiro siempre está en busca de lo real. La sangre, para él, es tan simbólica como la sangre de Cristo -para un laico- en la Eucaristía. Tanto el católico furioso como el rabioso vampiro, pasan la prueba de lo simbólico únicamente para poder cruzar el puente que les permita la conquista de la realidad. Y hecha la conquista, lo real se coagula, deteniendo e imposibilitando el delirio de la interpretación.

Gracias a dios, un amigo está escribiendo una novela de vampiros desde hace años. Voy a comunicarme con él en estos días.

Para poder llevar a cabo este proyecto, me exigen un análisis de sangre cada lunes, desde el 3 de abril próximo.

A todo esto, mi chica acaba de escribirme un mensajich de texto, diciendo que no cree una palabra de todo lo que hablamos cuando hablamos de amor. Que no le gusta mi perfo de enamorado. Que mi personaje imposible es una equis enorme, y que no le hace ninguna fantasía.

Trato de contestarle, pero algo falla en el celu. No sé bien qué es. Funciona cuando quiere. CTI Móvil, equis enorme.

miércoles, marzo 22, 2006

MD en 25 ítems

Perdí mis lentes de lectura. Eso hace las cosas mucho más difíciles. Tengo que ir al oculista y conseguir un buen par de anteojos. También debería pasar por Puán y Alberti, esa casa de lentes retro, porque los blancos se los regalé a Lulú en mi fiesta de cumpleaños. Ella salió del baño con los lentes puestos. "Te quedan increíbles. Te los regalo". "Pensaba llevármelos de todos modos", me contestó. Lulú es bravísima.
Son casi las cinco de la tarde. En un rato me pego un baño y salgo para Balvanera, en busca de un poco de lucidez. MG está armándose un taller de oro puro en lo que era la terraza de su casa. Es lo más. Vamos a vernos un rato. Yo vengo trabajando en un librich, pero todo se retrasa por diferentes équices. Es un día hermoso y me desperté relativamente temprano y con buena energía. Organicé un poco mis libros. Era todo un quilombo. No sabía bien qué hacer con un libro con energía negra que me envió una autora hace unas semanas. No me gusta nada. No sabía si tirarlo a la basura o guardarlo en algún lugar equis, fuera de mi vista. Hice esto último.
Voy a conseguirme un pizarra para escribir con marcador no indeleble. Necesito esa fantasía, desde hace ya algunos días. Una amiga me prestó una, pero la tengo en Olleros desde hace mil años, y me hincha bastante las equis ir hasta allá, a buscar la pizarra. La quiero para escribir equis cosas, del orden de la literatura. Estoy preparando unos relatos. Algunos de ellos en torno al costicismo. Otros no. Uno de ellos va a ser una historia de vampiros. También quisiera incluir algunas entrevistas. Conversaciones con personalidades notables de la noche, la literatura y la cultura (gay) rioplatense. Y ahora esto. Las cosas que -grosso modo- me están pasando hoy.
  • Estoy escuchando un disco increíble de Brian Eno, del año del equis.
  • Mis amigos no creen en mis sentimientos.
  • Sólo quiero salir del letargo de la vida quemada.
  • Yo mismo no creo en las cosas que creo.
  • Estoy enamorándome, por primera y enésima vez.
  • Amo a mis amigos de forma enfermiza.
  • Quiero viajar a ver a mis hermanos y reconciliarme con ellos, aunque no estemos peleados.
  • Vengo bicicleteando a mi amiga MG con que voy a escribir 10 capítulos de "Cocaína Bs As".
  • Mi cuerpo está rari rari rari.
  • Voy a cursar tres materias y un seminario sobre el teorema de incompletitud de Gödel.
  • No creo que pueda ir un sólo día a la Facultad, este otoño.
  • Tengo que llamar a la Lic. F.V.D. urgente, y arreglar una entrevista para mañana.
  • Mi mejor amigo piensa que soy un marilyn insoportable.
  • Quiero escribir un textich que empiece así: "Nunca nunca quisiera irme a casa".
  • Todo lo que escribo es motivo para que me digan: "Loco, escribí otra cosa. Basta del costicismo".
  • Mi cuerpo no puede soportar la más dura de todas las drogas: la realidad.
  • La semana que viene voy a intentar conseguir un trabajo fantasía.
  • Quiero aprender un oficio equis y pasarme entre 20 y 40 años en esa oficina.
  • La novela que estoy pensando escribir, se llamaría, probablemente, La vida de los árboles. Va a ser una pura fantasía de amores y sueños de una noche de verano.
  • Quiero comprarme un saco de terciopelo azul.
  • Voy a comunicarme con el autor de "Perdida de la mente", para hacer un show donde toquemos sólo temas de Fangoria.
  • El I Ching me dice cosas hermosas.
  • Tengo que hacerme el H.I.Ching, ir al dentista, al oculista, al neumonólogo y (según la Ev) al psiquiatra. Yo creo que a este último lo podemos obviar.
  • No estoy comiendo bien. La comida se me queda entre la garganta y el corazón.
  • Mi mami duerme la siesta.

martes, marzo 21, 2006

Volver con energía equis... pero volver.

Estoy escuchando "Pink Moon", de Nick Drake. Es genial. Trato de pensar en el día de hoy y la noche de ayer, y en los próximos días. Mi amiga MG me pide, casi por favor, que deje de estar perdido de la mente. "Te estás desperdiciando", me dice, sentada en el balcón de su casa. Yo la escucho dándole la espalda, con una cortina entre los dos. En un punto, parezco un sacerdote escuchando una confesión, pero MG no habla de sí misma, sino de mí. "Te estás desperdiciando", insiste. Se refiere a mi forma de ser. A mi forma de perder el tiempo. Me pide que me quede en mi casa y no salga; que me ponga a trabajar en mis cosas, todo el día. "Todo el día. Quedate todo el día escribiendo. Un mes. Levantate. Desayuná. Caminá hasta el río. Quedate mirando el agua. Es hermoso mirar el río. Fumate un porro. Pensá un rato qué vas a hacer con tu vida. Después volvé a tu casa, y durante el resto del día, escribí ".
Soy totalmente incapaz de hacerle caso a MG. Imposible. Todo intento de bien-llevarme cae rápidamente por un borde en cuando lo pongo en práctica. Aún así, las palabras de MG me dejan un sabor equis. Siento que es posible intentarlo, y que si no lo hago, voy a estar todo el año hecho un perdido de la mente. No quiero, eso. Quiero ser increíblemente pilas. Sentirme bien. Caminar al río y pensar en las cosas que tengo que hacer; volver, y hacerlas. Y es un loco, todo lo que tengo que hacer. Un millón de proyectos por la mitad, o por la mitad de la mitad. ¿Y por qué no logro trabajar de forma constante? El costicismo. Siempre lo mismo. Siempre pendiente del costicismo de oro y los sueños de amor eterno y resplandesciente.
No sé cómo voy a hacer. Tengo un millón de cosas que hacer, pero siempre dejo que todo caiga por un equis, y me pierdo de la mente en cinco minutos. Mi vida se va a parar a la equis y termino comportándome como un desgraciado.
Volver a escribir el blog... Lo vivo más como una obligación que como algo realmente al natu. De hecho, no es al natu para nada. Me siento un equis enorme, escribiendo todo esto, que no tiene ni un poco de humor y fantasía. Y es que, la verdad, estoy en un momento recontra equis de mi vida. Me río en público y soy el mismo farsante de siempre, pero, por dentro, preguntale. Equis enorme de verdad.
La fantasía la vivo in situ. Es decir, no le pongo demasiada fantasy a nada; dejo que la vida me lleve. Extraño a mis hermanos todo lo que extrañé a mi ex durante diez meses. Y las mentiras de mi ex, ya no me importan. Ella misma, ya está del otro lado de la realidad. De este lado quedamos MG y un par de amistades. Todo lo demás, no tengo idea. Mis hermanos, incluso, están tan lejos que no puedo hacer otra cosa que imaginármelos. Felices. Me los imagino felices, con sus esposas, pensando en tener hijos y volver a Buenos Aires, algún día. Yo, en cambio, parece que no voy a casarme jamás. Las chicas y yo no nos entendemos. Y la cultura... preguntale. El día que me case por civil, todos mis amigos van a estar pensando: "una mentira más de Mariano Dorr", y el tiempo les daría la razón. No mucho tiempo, calculo.
No entiendo por qué las cosas no son más al natu. Si el verdadero sueño es la realidad (JL), ¿por qué la verdadera realidad no puede ser un sueño? Es que, seguramente, lo es. Por eso, más vale tener cuidado con lo que soñamos. Equis enorme, cuando se cumplen las équices del sueño y las mentiras se vuelven verdad (MJ).
Nick Drake está a punto de convencerme de algo. Tendría que dormir, pero llamó Ceci y dijo que, con Facu, querían verme. Dijo que pasaría por casa a las 22hs. Ceci tiene energía blanca, pero es budista, y siempre que le venís con algún teje o un problemich o algo del orden del costicismo, se encoje de hombros como diciendo: "y bueno, querido...", y ahí queda todo. Con Ceci no vas a hablar de tus problemas. Está de este lado de la realidad, pero en el umbral... A Ceci no le importa nada. Tiene energía blanca pura, pero no le importa nada. Y si le venís con un loco, se ríe y te deja preguntándole solo.
Sigo pensando en MG. Es tan de oro, ella. Me mata. Hoy estuvimos merendando, en su casa de Balvanera. "¿Ves por qué todos tus suegros piensan que sos un freak impresentable?", me dijo. "No podés servir un mate sin hacer un enchastre. Sos un asco". Yo había hecho un locazo con la pava, el mate, la yerba y las facturas. Hice un desastre.

sábado, febrero 04, 2006

The Buenos Aires Campari o la vida equis enorme


Creo que ya puedo escribir un poco más tranquilo. Equis enorme las últimas cuatro semanas. Estuve muy pendiente de un teje que prefiero no tratar aquí. No es mala onda, pero creo que no da. Siempre trato de conservar, en la medida de lo posible, la privacidad de aquellos sobre los que escribo. Con lo cual, en un punto, no voy a contar nada realmente importante, ya que lo que ocupa el primer lugar en mis ocupaciones y preocupaciones es este teje del que no voy a escribir ahora.
Voy a contarles algunas de las cosas que suceden a mi alrededor y me hacen distraer hermosamente. Por ejemplo, mis amigos Dámaso y María. Tengo tres Marías en mi vida, pero de ésta de la que escribo me enamoré perdidamente en 1810, y dejamos de vernos por cuatro años. Ahora somos muy amigos, y no hay nada como quedarnos conversando hasta el amanecer. Dámaso nos acompaña, completamente eufórico y demente. Ese chico es un flash. Una nave espacial de otro planeta.
María, Dámaso y yo vivimos momentos de mucha alegría y comunión; ahora, cuando no nos vemos en unos días, nos extrañamos. De todos modos -por si hiciera falta aclararlo- yo sé que Dámaso (el esposo de Vane) es, en realidad, el marido de Facu (el esposo de Ceci). Y María, en un punto, también tiene a su marido (aunque se esté separando del equis... él sigue siendo claramente su marido). Y yo, soltera como yo sola... La verdad es que el costicismo no es lo principal en mi vida, en este momento. Todo bien con el costicismo, pero estoy un poco en otra historia. Preocupada por otros tejes. Y sí, el costicismo aparece, pero muy rara. No le pongo mucha fantasía, ultimamente. No tengo amantes. Si pasa algo en torno al costicismo, es siempre en el terreno de lo ilegal o, por así decirlo, a las sombras de algún costicimo pretendidamente en flor. Y la verdad que es deprimente salir con chicas que salen con otros chicos y otras chicas, y ser siempre un costicismo equis enorme en la vida de mis costicismos. Quisiera bajar un cambio, a veces. Desde que (no) me separé de mi última Gran R-ex, mi vida costi es un disparate detrás de otro. ¿Cuándo voy a conocer a una chica buena y fantasía y hermosa, que no me venga con 1.000.000 de locos? Todo bien con los locos, pero por favor... Necesito un poco de tranquilidad y energía blanca. Dame algo de razón / no quiero un loco.
Mi amigo Bernabé me dijo, hace unas noches, que últimamente me escucha "pidiendo" a cada rato. Algo así como que estoy pidiendo ayuda permanentemente, y que quizás, no estoy viendo hasta qué punto se trata de que sea yo mismo quien se ponga las pilas y chau. "Sí, tenés razón... de hecho quiero escribir un librich: Necesito 10.000 cosas, se llamaría. Van a ser diez mil ítems", le contesté. Y, en fin, debe ser cierto: estoy insoportable. Bernabé, muchas veces, es duro conmigo. Sabe que tiene ese lugar; puede decirme lo que se le canten las equis. Yo lo escucho como a un hermano mayor, y a la vez, como a mi mejor amigo. Y no es realmente ninguna de las dos cosas. Es todavía más...
Otra noticia: estoy escribiendo una historieta con María Giuffra (dibujante, pintora y amiga). Trata sobre los locos de las drogas y el costicismo que vive un escritor, en Buenos Aires. El título todavía no es seguro. Una posibilidad es: The Buenos Aires Campari. Todavía no está decidido, pero lo que sí es seguro es que el protagonista para en un bar de colegiales cuyo nombre es ese. La hitorieta está basada, en principio, en mis Diarios. Obvio que no va a ser literal. Y si lo fuera, de todos modos intentaría convencerlos de que no es así. Tampoco es cuestión de hacer escándalo por el escándalo mismo. O, en realidad, sí. De todos modos, lo nuestro no va a llegar a tanto. Van a ser las historias de un chico medio cultural, perdido de la mente, y siempre en busca de su costicismo perdido (que se fue con otro mil veces más gracioso y talentoso y fantasía y equis pesos). María me dijo hoy que estuvo dibujando bastante. Fantasía. Amo a María. Hermosa. Una mujer increíble.
Otra hermosa noticia: hoy a la tarde voy a llamar a una chica a su celu; el número me lo dio ayer, en un chat, por msn. Nunca nos vimos aun, pero aunque me quede ciego antes de conocerla, ya sé que es hermosa, y que tiene con ella toda la fantasía del mundo. Veníamos escribiéndonos algunos mails, y ayer, finalmente, quedamos en hablar y salir. Y la verdad que irme a dormir pensando que quizás mañana conozca a una chica con toda la energía blanca del mundo y 1.000.000 de fantasías, me hace sentir super bien. Necesito conocer a alguien así.
También podría contarles un flor de loco que me pasó ésta última semana. Pero mejor no. Es energía negra. Y ya está. Es suficiente por hoy.

miércoles, enero 18, 2006

El costicismo después del costicismo

Lo primero que tengo para decirles es que el costicismo después del costicismo se parece mucho menos a un rayo de sol que a uno de tormenta eléctrica. Por lo menos en mi caso. Y no lo digo en el sentido del flash que supone un rayo, sino que más bien estoy pensando en la energía negra de su descarga.
Y sí, la verdad que las cosas no son de la mejor manera. Estoy bastante perdida, la verdad. Trato de pilotearla con las clases de inglés que estoy tomando en el Laboratorio de Idiomas; estoy haciendo el primer nivel. Es un curso de verano, acelerado: I´m lossing my mind. Eso es todo lo que aprendí hasta ahora.
Mi ex ex ex ex, el gato, se fue a Barcelona (es catalana). Mi ex ex ex, está casada y con hijos. Mi ex ex; C..., me escribió desde Uruguay (está zapatilleando en Punta desde finales de noviembre), que vuelve este fin de semana (siempre bienvenida, C...), para su cumple Nro 21. Energía blanca, con ella. Divina. En este momento es la única de mis ex con la que me escribo mails. Y mi ex, Patricia, que se convirtió en mi esposa tan rápido como dejó de serlo, volvió con su ex marido. Entre nosotros hubo una verdadera tormenta eléctrica. Ella era los relámpagos y yo los truenos. Nos volvimos completamente locos, hasta que ella hizo un Teresa y volvió con su ex marido. Yo pensé que me estaba enamorando de verdad. Patricia es increíble. Pero, finalmente, mi ex ex ex volvió a aparecer en mi vida (un poco, como un fantasma, tengo que decir), y todo se fue a la equis. Patricia, ni bien confirmó que yo estaba en cualquiera, sencillamente dejó de llamarme y ya no contestó mis mensajes. Yo... perdida. Incapaz de entender cómo pude hacer las cosas tan mal, otra vez.
Ahora tenemos buena energía, pero preguntale. En un punto, ella y yo sabemos que nunca dejó de pensar en su marido, como yo tampoco dejé de pensar en Vicky. Como decía el General: la única verdad es la realidad. Y la realidad es que Vicky está casada con otro hombre. "Me gusta potro pibe", me escribía hace unos días en el msn, mientras yo reincidía, una vez más, en mi vergonzosa perfo de amor. "Me gusta potro pibe", qué hermosa. Y, volviendo a Patricia, nunca dejó de gustarle su ex marido. Mientras estuvimos juntos, estuvo pendiente de él, más o menos, las 24hs. De todos modos aprendimos a querernos mucho. Vivimos cosas muy fuertes, juntos. La verdad es que ella se portó muy bien conmigo. Fue genial, realmente. Me hubiera encantado seguir cerca suyo, pero se terminó definitivamente después de una noche en la que yo hice muchos locos. Sentí que ella no quería atender mis llamadas, entonces le mandé un mensajich: "Creo que me picó una binchuca". Ahí me contestó: "¿Te picó una vinchuca?". Me corrigió, la atrevida. Y sí, de esa manera hice que me contestara. No hay nada más difícil que lograr que un costicismo que está harto de uno, le conteste un mensajich de texto. Y Patricia ya estaba harta... Bien por ella, porque yo, la verdad, estaba demasiado perdido de la mente como para asumir una relación. Y, aunque me muera de ganas de verla, hay que aceptar que era un loco muy grande, desde la primera noche. Un loco, realmente. Y aun así, fue hermoso, también. Realmente, cuando no éramos una tormenta eléctrica, nos amábamos. Ella fue un flash, todo el tiempo... Increíble. En cambio, yo, no tuve muy buena energía. Me puse equis enorme. No le ponía fantasía; arruinaba momentos. Freakeaba el costicismo, incluso. Pensé que se lo tomaría con calma. Que podríamos superarlo. Pero se mandó a mudar, y después del mensajich de la vinchuca... nunca más. Volvió con su marido, y adios Mariano Dorr. Y lo bien que hizo, en un punto. Semanas después nos volvimos a ver, y hablamos de su marido y de mi ex ex ex. En el fondo, nunca habíamos dejado de sentir lo mismo que sentíamos por ellos el día de conocernos. Ella, incluso, ahora lo quiere más. Se casaron, me dijo. Y yo, la verdad, espero estar olvidándome de la equis, de a poco. Llevamos casi un mes sin vernos. Todo un record. La tengo como "No admitir" en el msn, y la eliminé. Trato de no visitar su fotolog, ni los de sus amigos (donde sale al natu, con su marido). De todos modos siempre vuelvo a pedirle autorización en el msn, y vuelvo a admitirla, sin que ella siquiera llegue a enterarse de esas idas y venidas. Qué horror: si no puedo volver con ella, al menos recreo ese retorno eliminando y volviendo a registrar su dirección en mis contactos. Y le sigo haciendo locos. No puedo parar. Pero, por suerte, practicamente ya no me contesta. Ni que la llame con el cuento de la vinchuca. Me manda a freir equis enormes.
Y así, en mi vida, otra vez, el costicismo brilla por su ausencia. Ando rara, como perdida, y me encuentro en ese estado que es algo así como estar... a la sombra de los costicismos en flor.

domingo, enero 08, 2006