miércoles, agosto 22, 2007

Madame Sa, viajera

7

Sigamos con Dámaso. Hace cuatro meses (no estoy seguro, habrá sido antes del episodio con Panza Gorda) empecé a escribir un relato sobre él. Unas cuántas páginas en un par de semanas. Después me colgué. Con 7e7é veníamos trabajando la idea de comprar una compu. Un día lo hicimos. Tardamos una eternidad en instalarla con toda la fantasía. Siempre nos faltaba un último teje. Parece mentira que ahora contemos con esta Commodore. Estuvimos un buen tiempo prácticamente sin compu. 7e7é usaba la de la UNLa, yo la de los cybers zapas de Urquiza y San Juan (hay dos, y fui cliente de ámbos). 7e7é llegó a escribir monografías enteras en la compu de su laburo. Yo, escribía en WordPad y copiaba el archivo en un disquette que luego intentaba abrir en un cyber zapa. A veces no lo lograba. Volvía a casa vacío. El disquette funcionaba en la compu de casa, no en lo del zapa. El zapa era yo. Mi disquette estaba tan hecho mierda como mi compu. Había que comprar otra. Aquí está. Dejé el cyber zapa. Dejé los disquettes. Ahora contesto los mails, o por lo menos los leo.

El relato sobre la Dámasa está en la otra compu, la zapa. Mi compu zapa, digamos. En realidad es de 7e7é. La mía está al lado de la de 7e7é. De las dos, la más zapa es la mía (me la vendió el Loco Mazzoni en 1905, por $400, dinero que me prestó mi hermano Facundo y nunca le devolví... Finalmente, fue mi madre la que pagó esa deuda entre hermanos, como tantas otras), pero la Laufer, una noche, conectó mi compu a la de 7e7é. Digamos que metió mi placa en el CPU de ella, y conectó ámbas placas. El texto sobre la Dámasa quedó allí.

Anoche nos contó de un viaje que va a hacer, después de su fiesta de cumpleaños. "Me iría a la mierda la semana que viene, pero ya arreglé todo para la fiesta". Va a estar de vuelta para el casamiento, dijo. La Dama iba a ser el encargado de nuestras despedidas de soltero. Yo se lo había pedido expresamente, la noche que, en Córdoba, 7e7é y yo decidimos casarnos. Se va de viaje y lo vamos a extrañar mucho. Está leyendo a Roberto Bolaño. Hay lecturas que generan un incontenible deseo de viajar. Como Arturo Belano (Los detectivos salvajes, Anagrama), que también viaja porque lee. Se lleva unos cuántos libros.

La Dámasa es española. Nació de viaje, increíblemente.

7e7é y yo queríamos decirle que no nos es indiferente su ausencia. Lo vamos a extrañar mucho. Lo queremos mucho. Lamentablemente, no se lo dijimos. Lo animé a viajar. Le dije que le iba a hacer muy bien. Facu también: "Es lo mejor que podés hacer". Yo pensaba: "Sin Dámaso, 7e7é yo yo vamos a ser otros". Pero me mentía. En cambio, probablemente la Dámasa sí sea otra. Y bien por ella, entonces. A cruzar la cordillera, nomás... Al desierto de Atacama... a La Paz... el Titicaca. Me quedo sin librero hasta octubre.

7e7é y yo estamos muy sensibles. Extraordinariamente. Yo pienso en Septiembre... En el viaje a Tucumán y los días previos al casamiento, y no me imagino cómo va a ser. Qué va a pasar, cuando falten sólo unos días. Siento una especie de llanto ahogado, en la garganta, a medida que avanzan los días. Muchas emociones. El otro día me largué a llorar (en la bodas de oro -50 años de matrimonio- de una pareja amiga de la familia de 7e7é, en Rafael Calzada), cuando vi a 7e7é bailando un vals, con un hombre de 80 años. Y últimamente no tuve la lágrima fácil. Tengo sentimientos enormes e increíbles, pero de acero. Sin embargo, siento el ahogo del llanto. No se desagota jamás. Nuestro casamiento es algo tan fuerte, que casi no lo podemos pensar. En medio de todo esto, nuestros amigos son lo más importante. Hablamos todo el tiempo de ellos. Vivimos con ellos, casi. No sé hasta qué punto 7e7é estaría de acuerdo con esto, pero creo que vivimos con ellos. Con Dámaso. Con María. Con las dos Marías. Vivimos con ellos y con algunos otros, que van y vienen. Ayer llamamos a Jose como si llamáramos a casa. Llamé yo, y sentí que estaba llamando a mi propia casa.

Jose anunció un nuevo libro de Editorial Cencerro. Un texto medieval, increíblemente. Bilingue (la diéresis, preguntale), latín-español. Esta noche, Jose viene con nosotros a ver a Ceci, que toca con su grupo de experimentación, en el centro, a las 22hs. Podríamos ir, y cenar todos en Guerrín. A Ceci le encantaría (además y sobre todo, la presencia de Tobe, a quien Facu y Ceci recuerdan con especial afecto), Ev. Llamala a 7e7é a la tarde y arreglamos. Pero, ¿habrás llegado a leer completa esta entrada de hoy? Tendría que invitarte a ver a Ceci de otro modo. Por mensajito de texto, o por mail, mejor. Y que le digas a tu marido, también. Esta vía es un loco, la verdad.

Faltan tres minutos para las siete de la mañana.

El jueves -mañana- a las 9 de la mañana, me pasa a buscar un remís de Editorial Estrada. Tengo que ir a una entrevista con chicos de un colegio de Barrio Norte, donde se volvió a vender, en masa, Vengadores y fugitivos. No me pagan un mango. Es todo de onda, "cae bien, en la Editorial, que el autor vaya a estas entrevistas en los colegios", me había dicho el editor. Nunca más se habló de otros títulos, sin embargo. Aunque también es cierto que hace poco menos de un año quedé en presentarles un proyecto de una colección completa de fantasías para chicos. Nunca cumplí. Me colgué. Incluso, ofrecí el mismo proyecto en Planeta, y me dijeron que sí. Y también me colgué. La idea todavía está en mi cabeza, pero no hice absolutamente nada por concretarla. Y en Planeta ya se habrán olvidado, obviamente.

Soy un pelotudo, la verdad.

martes, agosto 21, 2007

Caminos de bosque



Sacudido por la semana corta y el finde largo, me pongo a trabajar en un texto de 1938: "La época de la imagen del mundo". Este jueves tengo que dar una clase en Filosofía y Estética II (IUNA, Artes Multimediales), donde soy ayudante de cátedra. ¿Cómo voy a hacer para que un grupo de chicos sin experiencia en Heidegger se anime a leer un artículo extenso y oscuro como "La época..."?
Comienzo con el primer párrafo. Lo divido en sus cuatro oraciones y recorro sus conceptos centrales: metafísica, fundamento, meditación, cuestionar. Estas palabritas nos introducen en el juego de otras: lo ente, la verdad, decisión, interpretación, determinación, principios, metas, propio. Les voy a indicar, en la pizarra, cómo se relaciona todo esto en el primer párrafo y de qué modo, los temas que allí se abren, de alguna manera sirven de escenario para toda la meditación. Una vez que terminemos con esto... probablemente, no quede más tiempo para nada. Aún así, la idea es despachar esta primera explicación general en media hora, no más. En la siguiente hora y media, el punto que me interesa.
Para eso, tengo que seguir trabajando el texto. Me duele la cabeza. Voy por una bayaspirina forte y una taza de café.
Dámaso renunció a La Boutique del Libro (tenía razón Ev, con eso de la adolescencia trash: yo pensaba que la Dámasa se despertaba a las 8 de la mañana, a laburar, y pretendía impugnar a Ev señalándole lo muy temprano que se despertaba mi amigo, pero resulta que renunció la semana pasada... De igual modo, da clases de batería; consiguió nuevos alumnos. Bien por él...). Se despertó una mañana, sin ganas de ver a su jefe, y en vez de tomarse el tren a San Isidro, se fue al correo, a mandar el telegrama. Es cierto, celebro la basura. Con mucha facilidad, me arrastro por el suelo. Me gustan las renuncias por escrito.
Sin embargo, me apena saber que ya no me quedan amigos libreros, más que Carioli, Morales y Villafañe... Libreros y actores. Qué gente difícil. Yo mismo fui librero y actor. Incluso, al mismo tiempo. Por suerte, cuando dejé la venta, dejé también las tablas en venta.
Tratando de hacerme fantasías en mi nueva configuración de "increíblemente pilas", voy a seguir trabajando en aquel texto de 1938: "La época de la imagen del equis".
El miércoles no voy a laburar, por unas Jornadas Universitarias en el Centro Cultural Recoleta. Voy a extrañar a los chicos y chicas de Moreno, que son lo más. ¿Y hoy? A las 3 de la tarde, tendría que estar en la clase de Política. Después, el Seminario sobre Historia de la Filosofía y Filosofía de la Historia, hasta las 23hs. Ahí freakéo y vuelvo a los locos. Y arruino todo el plan, de repente. Pero no. Voy a ser increíblemente pilas. De la casa a la Facu, de la Facu a la casa. De la casa al IUNA. Del IUNA a la casa. De la casa, a la Facu, y así. Sin basura. Y el jueves... empanadas con Tobe, otra vez, si Dios quiere. Y Dios siempre quiere que comamos empanadas, porque le cabe el repulgue. Dios-Leibniz. Dedíqueselo.
Antes de explicar ese primer párrafo del texto de Heidegger, voy a trabajar un poco la idea de "caminos de bosque", para que los chicos se dejen llevar entre los árboles heideggerianos.
Qué aburrido, todo esto. Disculpen.
Son las seis y media de la mañana. Teté ya se despierta. Tiene que estar a las 8 en la Universidad de Lanús, donde es ayudante de cátedra en Etica de la Equis. Hace mucho frío. Los chichos también, se despiertan. Chichín se desploma frente al caloventor. La chili se interna en el Zolá. Yo apago las luces.

jueves, agosto 16, 2007

Cómo vino la mano

Increíblemente, cuando escribí la entrada anterior, 7e7é y yo todavía no nos habíamos peleado. Pero ella se había acostado de mal humor. Habíamos discutido. Discusiones miserables, empobrecedoras. Los dos sabemos que en realidad no discutíamos nada. Estábamos mal, simplemente. 7e7é se acostó así, con esa energía, y cuando despertó, preguntale. Me encontró en el living, chupando alcohol, en un plan negro de reviente y lectura, preparando una clase, medio ido. Y le agarró el a77aque. En realidad no fue una pelea, sino un verdadero a77aque, porque yo me quedé sentado, mirándola. Después conversamos un poco. Me ubiqué. Me hice un café, y terminé de preparar el texto de M.F.
Me dio fiebre. 7e7é me trajo un ibupirac, y pude dormir bien. Nos tranquilizamos.
Hoy estuvimos muy tristes, los dos, todo el día. La fui a buscar (directo desde Moreno) a Plaza Constitución. Volvimos a discutir un poco. Necesitaba descargar mis últimas energías negras, no lo pude evitar. A cada palabra suya, eran cinco mías (al revés que los muertos del General Perón). En cierto momento recapacité. Bajé un millón de cambios, y nos amigamos. Al principio, 7e7é lloraba de tristeza. Yo me quería matar. Después, cuando nos amigamos, lloraba de emoción. Sin embargo, si hay algo que me mata de verdad, es que, cuando pasa algo hermoso, cuando estamos realmente bien y felices, 7e7é de repente dice cosas como "me da mucha tristeza", y se pone a llorar, angustiada por la condición finita de la existencia. Yo le digo: "Pero, Pastel... por qué te ponés triste, si es hermoso, esto...". "Justamente por eso", me contesta.
Entonces, quisimos ir a cenar a un bolichito en San Juan al 400, donde Ev y la Esti estuvieron una noche, con Pedro y Flavia. Estaba lleno y no teníamos reserva. Marilyn, el lugar. Nos dieron una tarjeta, que llamemos, la próxima. Caminamos por Bolivar, y llegamos a una casa italiana de pescados y mariscos, ubicada en un primer piso. Una gran fantasía.
Ahora 7e7é duerme. Yo intento llevar una vida normal.

miércoles, agosto 15, 2007

Carta abierta a mi pastel de la vida

Patito:

  • no sabés, realmente, cuánto me afecta no estar (tantas veces, tan seguido) a la altura de lo que vos esperás de mí. A tu altura. Tu altura imposible, hacia el centro de la cosa.
  • no sabés, cuando estás dormida y yo no, el tiempo que me quedo en silencio, mirándote desde la puerta. Tu sueño es más serio, más creíble que el mío. Mis horarios para dormir son un loco tan grande que, si no me despierto antes de las cinco y media de la mañana (para eso, tengo que haberme acostado entre las cinco de la tarde y las nueve y media de la noche), quiere decir que "las dos de la tarde" es todavía la madrugada. Normalmente vivo de este modo. Las dos de la tarde es todavía muy temprano. Madrugada de verdad. Mis actos desayunescos (UNESCO podría escribirse con Z, a ver qué pasa) son casi un sonambulismo. No estoy realmente despierto hasta que me doy cuenta de que es la hora de dormir, bien entrada la equis (que también es una palabra para "caballo", en latín, Equus -i; uno de sus casos -ex equis pugnare, luchar a caballo-, que todavía no estudio, por estar apenas empezando, pero ya reconociendo las fantasías, como verás). Yo casi no duermo. Descanso. Los brazos, sobre todo, que los tengo para atrás. Tengo miedo de que se partan, así, al natu. Pero estoy más activo en sueños que en la vigilia. El otro día le salvé la vida a Dámaso, con un barco, en medio de una catástrofe aérea. Un loco de los sueños, que mezclan agua, cielo, fuego y tierra. Y el pendejo estaba a mil. Ni se daba cuenta del estallido y la nafta hirviendo en el puerto. Un puerto demencial... cancha de hockey, a la vez. Tu sueño es más soñado; te da la razón, si antes de acostarte discutimos, o simplemente no nos dimos un beso. No tengo palabras para despertarte. Me quedo callado; sólo queda tu respiración y el balanceo de los chichos, que respiran al lado tuyo. Se duermen. Te siguen hasta donde pueden. La Chili llora cuando te vas, cada día. Y si no llegás a las 19hs, lo mismo. Llora posta, y Chichín la mira. Chichí, pobre, no llora, porque cree ingenuamente que "los chichos no lloran".
  • Y si te despertás sin declaraciones de amor, es porque estás enojada, odiada conmigo. Y si de repente sonreís, es porque sos una genia, y sacás alegría de la galera que dice "tristeza". Invertís los papeles. Te gusta traspapelar, mezclar información. Dejás que las cosas se superpongan, porque confiás en pasado mañana. Yo también. Incluso en ayer, hoy y mañana.
  • Perdoname por ser Mr. Bean. Te juro que trato de hacerte otra fantasía. A veces rompo todo por miedo a romper algo. Miedo no a las consecuencias, sino al ruido. No quiero hacer ruido, esa es mi orquesta amateur, el silencio mal llevado.
  • Te prometo mucho más de lo que nos prometimos. Y si te enojás conmigo... No sé, patito. Qué puedo decir, si siempre tenés razón. Si yo tuviera verdaderamente razón, el mundo sería un loco; no habría bondis, siquiera.
  • Te juro que quiero ser mejor que esto.
  • Y quiero estar al lado tuyo para siempre, 7e7é. Hasta el fin del mundo.

martes, agosto 14, 2007

Panza Gorda

Estoy escribiendo un relato sobre un perrito que 7e7é y yo perdimos (de vista), hace algunos meses. Es una historia triste. Incluye resurrección de la carne, con lo que de algún modo quisiera permitirme trabajar. De todos modos, está recién empezando. Probablemente quede allí, y no continúe. Tiene energía equis.
.
Panza Gorda


En un campo de San Fernando, un cachorrito labrador negro, de orejas doradas. Apartado de su madre prematuramente, encadenado a un muro de ladrillos y cautivo desde hace ya cuatro meses, nadie más volvió a saber de él. Panza Gorda se debate entre la vida y la muerte.

Lo abandonamos una tarde, en un tren metropolitano. Lo entregamos, incluso. Ahora carburamos una culpa negra. No podríamos soportarlo sin hacernos daño. Volvemos a ese momento, todos los días. El calor de la pancita, cuando le dábamos un beso. El sueño de Panza Gorda, en nuestras manos. Se nos dormía en brazos mientras llegábamos a San Isidro, a reservar un campo de fiesta. Cuando nos deshicimos de él, todavía estaba dormido.


No tiene sentido lamentarse ahora. Pasaron varias semanas. San Fernando se lo habrá tragado, como una ballena. Nos quedamos fumados, mirando el cielo por la ventana. Las nubes de Moreno. Más allá. General Rodríguez. Chivilcoy. La Pampa, si afuera es posible. Sentimos algo. Y un ruido de voces: ¿Dónde está, Panza Gorda? ¿Dónde estará? Es ella, es 7e7é, la que pregunta. En un momento creí que fuera un fantasma.

Tomándolo del rabo, levantando las patas traseras apenas unos centímetros del suelo, una mujer golpea con una fusta las nalgas enfurecidas del animal, hasta dejarlas al rojo.

Abre la boca. Nos introducimos en ella como un tren en un tú, atravesando el cogote. En su interior, el labrador y la noche preparan el claro de la mañana.

La garganta de Panza Gorda, seca, espera una gota de luz. Tomándolo del rabo, levantando las patas traseras apenas unos centímetros del suelo, una mujer golpea otra vez, con una fusta, las nalgas enfurecidas del animal, hasta dejarlas al rojo rubí, con aromas frutados.

Lo habrán matado, ya, murmuramos. Pero es de noche, como el violeta. Llegamos a ver sus colmillos, los más hermosos. Tendríamos que haber cocinado. Comer jamón. Panza Gorda estaría ahora entre nosotros.

Iremos a la montaña, a mover la tierra. A pedir perdón. Panza Gorda viene ya.