lunes, octubre 29, 2007

Esa (mi) mujer

Yo no la voté, pero la habría votado, si no fueran tan fachos. "Soberbia", decía mi hermano, desde Córdoba. Nos referíamos especialmente a los dichos del Ministro del Interior. El María Moliner tiene 3 acepciones para "soberbia". La segunda es la que le va mejor al Ministro (y a la futura Presidente): "Cualidad o actitud del que está demasiado convencido de la superioridad de su criterio y no tolera que le contradigan". El problema no es creer que nuestros criterios sean superiores, sino más bien, que estemos "demasiado" convencidos de ello. Ese "demasiado" (quién sabe cuál será la medida justa de marilynismo que necesitamos para ser felices) arrastra al soberbio a la intolerancia y al abuso: "no tolera que le contradigan". Y esto es un asco, realmente. Entonces, no voté.
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Pero hace dos semanas me casé por Iglesia. Paula F. me dijo hace un par de noches: "Sos ideológicamente impresentable". Puede que tenga razón, pero ser impresentable me permite representarme. No me saco los ojos de encima; me tengo presente, que es lo que alguna vez significó "representar". No me olvido. Pienso bastante lo que hago, aunque siempre termine haciendo un loco o no haciendo nada, por pura pereza y amor al derroche. Me equivoco. Digo locos. Hago cualquiera, la verdad. Me confundo rápidamente. Votar a Cristina F. de K. habría sido un error, creo. Casarme por Iglesia, sin embargo... un acierto. La perfo más lograda de nuestras vidas, ¿no, pastel?
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Un día antes de la Iglesia, nos casamos por Civil. Nos despertamos temprano. Teníamos que ir al Hospital Piñeiro, a buscar los "prenupciales". Me di cuenta de que no tenía mi DNI. No estaba en ninguna parte. Siempre lo tengo en el bolsillo del saco o de la campera de jean, o en el bolso. Y, joder, no estaba por ningún lado. Me tenía que casar en tres horas y no tenía mi DNI, y realmente no estaba. No era que "no lo encontraba" nada más, sino que NO estaba. Me volví loco. 7e7é, en cambio, se lo tomó con soda: "No te preocupes, pastel, nos van a casar igual, vas a ver...". Preguntale. No te casan ni a ganchos, sin DNI. Llamé a mi mami. Le pedí que buscase entre mis cosas, en Olivos, mi viejo DNI, el que creí perdido hace ya 10 años. Nunca lo encontró. Debe haber visto cosas negras, entre mis porquerías del pasado. "Tengo el original de tu partida de nacimiento, hijito, ¿lo llevo?". "Sí, por favor". "Ahí dice que sos mi hijo, no va a haber ningún problema". Preguntale, realmente. El padre de 7e7é, cuando se enteró, me indicó que no perdiese más documentos: "El de Carlitos, ¿lo tenés?". Se refería al DNI del hermano 7e7é, uno de los testigos. "Sí, sí, lo tengo... el único que falta es el mío". "Y bueno, no te preocupes, vamos a ver qué dice el Juez". La puta madre. "¿Cómo puedo ser tan pelotudo, pastel? Me quiero matar". Del Hospital a la Peluquería, un taxista nos dijo que lo único que teníamos que decirle al Juez era que íbamos "de parte de Sanchez Sorondo", y nos dio un papelito con el -falso- teléfono del Ex-Director del Registro Nacional de las Personas. "Se jubiló, ya", nos contó, "pero ustedes digan que van de parte de él". El peluquero de 7e7é, por su parte, dijo que tenía una clienta jueza de paz, que le podía preguntar si con la partida de nacimiento y la libreta universitaria... podía casarme. La llamó. "En cinco minutos me llama", dijo el coiffeur. Me fui de la pelu (con nuevo corte); 7e7é se quedó. Cuando llegué a casa me puse a revolver todo, como loco. Entre todo el quilombo, encontré mi pasaporte Mercosur. Creí que había recuperado un poco de ánimo, pero sonó el teléfono y cuando atendí me di cuenta de que estaba llorando. Era la mujer de mi hermano Juan, Silvana, llamando desde Palma de Mallorca: "Ey, ¿qué te pasa? Mariano...". No podía dejar de llorar. Le conté la situación, más o menos. "El pasaporte sirve únicamente afuera del país". Me recomendó que fuera a la comisaría más cercana, a denunciar la pérdida del DNI. Con un documento de PERDIDA, capaz que estaba todo bien. Gracias, Sil, hermosa, pero no fui a la comisaría. Me quedé inmóvil, llorando en el piso del depa, hasta que llegó mi pastel, hermosa, con un peinado fantasía: "Pastel, ¿qué te pasa? No te pongas así, mi amor". "¡Soy un pelotudo, pastel!", lloraba, con el pasaporte en la mano.
En el viaje al Registro Civil, desde casa, hablé con mi hermano Facundo, que ya estaba allá. Le pedí que por favor averiguara si, por casualidad, no había dejado mi DNI en el mostrador de "Matrimonios". Al rato me llama: "Hay un %90 de posiblidades de que sí esté tu DNI". Casi me muero. Lejos de "perder" mi documento, "lo había dejado" en el Registro Civil. Olvido, pero no al servicio de los teresas del inconsciente, sino de mi amor por 7e7é. ¿En qué lugar mejor lo podría haber dejado, si quería casarme con ella? Y sí, era mi DNI. Lo tenían guardado. La primera rave de Parque Sarmiento era un embole al lado del electro-frensí de mi corazón. Casi me da un paro cardíaco. No pude relajarme hasta 5 o 6 horas depués.
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La próxima les cuento cómo fue el viaje en remise a la Iglesia, al día siguiente, y algunas otras cosas.

7 comentarios:

tililili dijo...

Opapa decia que cuando perdes documentos,paraguas,llaves,es porque estabas pensando en cosas mas importantes.
Lo que no perdono es perder cajas de alfajores.

Martín Ludwig dijo...

En la línea de lo que dice Tililili, algunos dicen que uno pierde cosas a modo de ofrenda, para conseguir otras más importantes. (A veces puede ser un consuelo pensar esto.)

Anónimo dijo...

Increíble el momento en que hice click en pastel!
Besos

Anónimo dijo...

contame la historia de Use your ilusion

Martín Ludwig dijo...

Ey, seguí el periplo de GB y descubrí esta perla, que tenías escondida. Jejeje.

Anónimo dijo...

Qué perla!!!

Desdichada dijo...

Hiciste mal en no votarla. Un fantasma da vueltas por bs as, es el fantasma del gorilaje.