viernes, octubre 05, 2007

Una carta de Pasolini*

A Tonuti Spagnol
Monte San Primo de Magrelio (Como), Roma, a fines de 1951

Mi queridísimo Tonuti:


Querría escribirte una larga carta: hace tanto que no nos hablamos y no nos escribimos, y cuánta vida en consecuencia falta que nos comuniquemos. Tu vida me relampaguea en imágenes llenas de juventud: estás en plena chanson de geste, mi querido Tonuti: aerosilla, contrabando y motocicleta (y muchachas, me imagino).
Mi vida en cambio no se puede resumir de ninguna manera, y mucho menos en términos alegres o expansivos: es así, enorme, neutra, una masa de violencias, para bien y para mal; se parece un poco a Roma.
Desgraciadamente, ni hoy ni por unos veinte días tengo tiempo para escribirte muy extensamente: estoy trabajando como un perro en un cuento que tengo que terminar en un mes, además de todo el resto. Por ahora te diré una cosa: tú fuiste el momento más bello de mi vida. Por eso, no sólo no podré jamás olvidarme de ti, sino que, por el contrario, te guardaré siempre en la memoria más profunda como una razón de vida. Te digo estas cosas así, racionalmente, como axiomas: pero ahora son eso, y no hay otra manera de expresarlas. No hay nada que agradezca tanto al destino como el hecho de haberte conocido.
Te abrazo con enorme afecto (...y quién sabe si no te envían a hacer el servicio militar en Roma o en sus alrededores).
Pier Paolo
* Texto tomado de Pier Paolo Pasolini, Pasiones heréticas. Correspondencia 1940-1975, trad. Diego Bentivegna, Buenos Aires, El Cuenco de Plata, 2005, pp. 161-162

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