viernes, octubre 11, 2013

Regalos

 Si en la Argentina no se puede vivir con seis mangos al día, sin embargo, sí se puede comprar un Ford K con treinta mangos diarios. Treinta por treinta es novecientos, la cuota en un plan de ahorro está un poco por debajo de ese número. Esto reflexionaba un taxista, en la mañana de ayer jueves 10 de octubre.
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Mi viaje a Tierra del Fuego está cancelado. Cosas que pasan. Yo mismo aborté la operación, no sin una extraña sensación.
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En quince o veinte minutos tengo que estar saliendo de casa, a Villa Crespo. Leeremos las crónicas de la Rolling Thunder Revue hasta las 9am. A su término, regreso a la zona de Primera Junta, a cuidar a mi niña, que estuvo con un poquito de piebre a lo largo de toda la semana. Cerca de las 20hs, en Yatay y Corrientes, nos juntamos con un grupo reducido de estudiantes a terminar de leer el material de Falacias y trataremos de comenzar con la Carta a un amigo japonés, de Jacques Derrida.
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Tengo la intención de comprar una remera blanca con un perrito colorido, como regalo de aniversario para 7e7é. En una oportunidad tuvimos un conflicto por un regalo que le hice, un ejemplar de Mason y Dixon, de Thomas Pynchon, ed. Tusquets. Lo consideró una bola de boliche. Tenía razón y nos perjudicamos los dos, porque ni ella ni yo jugamos jamás a los bolos. Y si bien leemos a Pynchon, es un trabajo tan lento que francamente no veo cómo podríamos leer un libro tan voluminoso como Mason y Dixon, que acusa 960 páginas. Podría decirse que es un modo de estar juntos para siempre. Que la imposibilidad de acabar de leer el material de Pynchon es al mismo tiempo un cerco que nos protege de la exterioridad.
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En tres minutos van a ser las 7 de la mañana.

jueves, octubre 10, 2013

Las cosas de la casa

Mi hija Diamante (5 años) está con un poco fiebre y dolor de garganta. En la guardia del hospital dicen que probablemente esté incubando una angina. "¿Sabés lo que tenés que hacer? -dice ella-, andá a comprar ibuprofeno, y caramelitos de miel. Y sprite. No, mejor cepita de manzana. Los caramelos son esos amarillos con un papelito transparente y naranja. Los venden en la fiambrería", dice.

7e7é está cansada de llevar adelante nuestra vida familiar prácticamente sola. Mi contribución es casi nula -al menos desde su punto de vista. En dos días cumplimos seis años de casados. "Ningún soltero es casado", reza un conocido enunciado analítico. Por eso me desperté temprano y limpié la cocina. Salí a comprar Actrón pediátrico y todo lo que quería Diamante. En una hora, a las 9am, tengo que estar dando el primer taller del día, en un colegio de Villa Crespo.

Hace unas semanas me convocaron para conducir un programa de cable, hicimos las pruebas de cámara, etc. El lunes pasado me escribe el ayudante de dirección, que al final eligieron a un actor con experiencia en televisión. De acuerdo. Ahora estoy viendo si viajo a Tierra del Fuego a presentar un libro (Bajotierra, de Sabrina De Luca) y dar un curso sobre deconstrucción. A Derrida le habría gustado ir a Tierra del Fuego. Si llega a darse este viaje -se supone que si lo hacemos, es en estos días, antes de la segunda quincena de noviembre- no tengo que dejar de mencionar la importancia de la ceniza en la obra de Derrida. El fuego, la ceniza.

Con 7e7é tenemos pendiente un trabajo en conjunto precisamente sobre el lugar del fuego en los textos del filósofo franco-argelino.

Esta semana avancé un poco más en la escritura de Osvaldo. Tengo que terminar de escribirla antes de marzo de 2014. Estoy en el capítulo V. El VI ya está diseñado, pero todavía faltan algunas páginas del V. Ya llevo demasiado tiempo escribiéndola. Es un proceso lento y agotador.

Tengo que vestirme y preparar las crónicas de Sam Shepard (sobre una gira de Bob Dylan en 1975) para las clases de las 9 y 11 de la mañana. A la vuelta, espero que mi niña esté mejor. La idea era hacer un asado en Ferro, a la noche. Al mediodía tenía una reunión en un espacio cultural de Chacarita, pero suspendí para ocuparme de Diamante. Más tarde, un partido de tenis con un amigo. Leer su blog me dieron ganas de escribir el mío.

lunes, septiembre 28, 2009

Un blanco móvil, de Laura Crespi

Un texto que escribí para la presentación de un libro, hace algunas semanas.


Un blanco móvil de Laura Crespi

por Mariano Dorr

El dibujo animado nos enseña que, si hay un asalto, arriba las manospone en evidencia una amenaza concreta pero quizás oculta, el arma escande su potencialidad aniquiladora al tiempo que es escondida o disimulada, clandestina, en la mano desgraciada, inútil de tan llena, aparatosa, una, mano cerrada en fin. Sin embargo, hoy ya no hay que poner las manos arriba, no se quiere ese gesto, y no interesa quién descubra la espada, no importa quién lleve la copa, ni si desborda el vino, sino que el asalto, el asalto del fantasma y la noche, sucede sin encuentro ni pleito, sin contacto, sin quite ni pérdida que registre, sin cálculo, es como un robo que no se sabe, algo que se arranca o se cae. Pero si se roba a un fantasma, si se lo sorprende de día, si se hace la prueba de un robo al fantasma, sólo se obtiene la deshonra de correr el velo demasiado blanco, intocable, para encontrar debajo al fantasma “en carne y hueso”, pesadilla de Husserl, y entonces sí, sabemos, y sabemos bien lo que decimos con sabemos, lo que en verdad es la inseguridad. Esto es, lo que se ha llamado desde hace ya más de cuarenta años... la clausura del saber.

Un blanco móvil es un texto que cuando dice Nietzsche quiere decir Blanchot, y Blanchot no es simplemente Derrida, ni un modo de aclarar, o de esperar que se haga de noche para observar el juego de la metáfora nocturna; Blanchot está también para entender, para hacer eso prohibido, mal visto y nada invisible, entender de qué estamos hablando. Blanchot, bien citado, rebuscado y revisitado, confrontado, es un Kant nietzscheano. Laura Crespi lo cita sin perder de vista que no se trata de un colagge sino más bien de un colegge, de una escolástica imposible, profundamente amorosa, que no naufraga en discusiones puntillosas sino que se lanza a esa otra deriva de la desfundación, de la desobra, una suerte de deducción trascendental de los indecidibles, así de kantiano, sobre todo abrazando cada imposibilidad teórica con la misma fuerza con que se desvía la ilusión de lo necesario. Blanchot explica, se da entero a lo blanco y desaparece entre Crespi y Nietzsche, entre Colli y Descombes, entre ese pequeño Después de Nietzsche de Giorgio Colli, y Descombes, que escribió un librito que finalmente leímos todos, sin saber nunca qué tomar de allí, qué olvidar, qué repetir aparte de la influencia de los cursos de Kojeve en varias generaciones de franceses. Kojeve como padrastro del estructuralismo francés, padre hardcore que lastima con su presencia espectral la interpretación. Hay ahí el fantasma, una presencia que hiere, sin representación, la interpretación se sustrae a los sinsabores metafísicos de la presencia, la interpretación, esa nada, se impone sin valoración, sin decisión, es apenas un punto desde el cual ello ensaya el delirio de ser, al menos, o como máximo, un punto... de todos modos infinito, el mundo... escribe, Crespi, esa mujer, literatura himen tímpano huella, por los signos de los signos, ella...

¿Dónde aparece esto, dónde aquello, dónde vamos a encontrarlo? ¿Dónde aparece? El libro se deja extraviar para que todo lo que buscamos sea encontrado más tarde... o, si estamos en emergencia, si no podemos ir hasta la carne y el hueso del fantasma, si no queda más tiempo, descubrimos de un golpe que Un blanco móvil puede leerse como un I Ching sin el peso de la tradición; y no porque la tradición no entre en juego aquí, lo hace, pero sin esa pesadez, aquí la tradición no es juzgada y estigmatizada, sino apenas amada, visitada con el amor que no se explica, como ese amor que Nietzsche tenía incluso por el Dios muerto y el Crucificado que incluso llegó a ser. Ese amor a la tradición se refleja en las notas al pie, un festín de recorridos por lecturas de otros, y otras lecturas de lo mismo.

Estos párrafos que separo para tranquilizarme, los escribo en mediode los textos de Laura, a quien conocí hace cinco años, cuando fuimos adscriptos de Mónica Cragnolini, el más hermoso de todos los fantasmas que habitan este libro. Tengo partes enteras subrayadas de capítulos que no leí, sobre todo citas, notas al pie, fui enmarcando frases de Crespi que resplandecen en una sola línea, debajo de la cual, ahora, una nota a propósito de Derrida y su lectura del Fedro de Platón, nos hace pensar que estamos leyendo un libro que se ha escrito al revés. Si toda la filosofía –como se ha querido sugerir– no es más que una nota al pie de Platón, Crespi nos recuerda que esas notas falogocéntricas, la filosofía, son en todo caso recetas acumuladas en la gran farmacia de Platón, donde se agita la lógica de lo indecidible, volviendo a toda la tradición un conjunto de remedios-drogas-venenos que ahora mezclamos con otros brebajes.

Un blanco móvil es también un manifiesto en defensa de la escritura como ejercicio de resistencia, una impolítica de la escritura, una ética, un modo de indicar aquellos textos en donde acontece un por-venir, donde ese por-venir se anuncia. Y llegará de noche, como un ladrón, como un extranjero, como un huérfano o una mujer. Entonces, le daremos hospitalidad. Hospitalidad radical. De otro modo, regresaremos al interior de una lógica binaria de la exclusión y la negación del otro, como en las visiones de Kojeve dando Hegel. Como hasta ahora, siempre de regreso a la seguridad de lo mismo por lo mismo. Hasta que se haga de noche; y así otra vez la literatura, por los signos de los signos. Babel.

jueves, septiembre 24, 2009

Didí... de día

Estos días estuve cuidando a Didí, desde la mañana hasta la tarde, todo el día juntas las dos, mirando libros de animales bebés... cachorros, cachogos... y sobre todo jugando al te atrapo: Didí sale corriendo y yo doy unos pasos y la abrazo y la levanto, y ella da una vuelta completa en el aire mientras se ríe. La dejo otra vez de pie, en el piso... trata de salir corriendo pero tambalea... Hace equilibrio y sale disparada para la cocina. "¡Te atrapo!". Y la escucho reír otra vez.
Hacía más de dos meses que no lograba conectarme realmente con ella, de día. ¿Por qué? Porque está constantemente ampliando su mundo, desplegándose. Habita su mundo para reconquistarlo una semana después, exigiendo una capacidad de re-adaptación inaudita a quienes cuidan de ella. 7e7é sin embargo nunca tuvo problemas, Didí quiere estar con ella las 24hs del día salvo cuando 7e7é le indica que llegó la hora de dormir. En ese caso, Didí prefiere quedarse sola en el living, jugando con una castaña gigante dentro de la cual (y si uno golpe la superficie verde superior) unas bolitas giran y se dejan admirar a toda velocidad a través de la gran ventana cilíndrica de la castaña. Didí está enorme y hermosa. Es muy fuerte ver que ya entiende básicamente todo. Esta semana pude acercarme más a ella porque las abuelas (que siempre vienen a quedarse con ella durante el día) no pudieron venir, tuvieron que meterse en sus camitas, con un poquito de piebre cada una... un rotavirus que 7e7é y yo experimentamos el último fin de semana. Un poderoso virus que hace doler el cuerpo. Yo me sentía un árbol de navidad... con las lucecitas indicándome dónde y cuándo me dolía, según cómo se iban prendiendo y apagando.
La pitu salió ya por completo del ciclo viral. Y está a mil.
En este momento... duerme. Yo también me voy a la cama. Son las tres de la mañana y a las ocho voy a acompañar a 7e7é y Didí hasta Boedo. La pitu (en bondi, con su mami) va a ir a visitar a su abuela, que ya se siente bien. Yo voy a estudiar filosofía de la ciencia y gramática todo el día, en casa.

sábado, agosto 01, 2009

Presentación de la novelich


Hacé click en el flyer para verlo más grande

lunes, julio 27, 2009

Honduras


Desde hace algunas semanas escucho diariamente, en la red, radios de distintas partes del mundo. Ramalah, Berlín, Nueva York, Londres, Caracas, Asunción, Bahía Blanca, Buenos Aires... esta noche escucho Radio América, desde Tegucigalpa, Honduras. Hablan de amnistía, de olvidar y perdonar los crímenes de las últimas semanas, de una reconciliación entre todos los hondureños, que Honduras "está hermosa, hay que ver los maizales...", dije el jefe de bancada de la Democracia Cristiana en el Congreso Nacional. En un separador suena una versión punk de Somewhere over the rainbow....
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Trato de concentrarme en mi trabajo pero me distraigo con mucha facilidad. Me quedo pensando en la infinita violencia del olvido, sobre todo del olvido de los crímenes. Tengo ganas de leer el libro de Hugo Vezzeti sobre la violencia revolucionaria. ¿Cómo haremos posible una revolución política y social en latinoamérica sin violencia?
Diamante se me acerca caminando, despacito, con un salvavidas rosa de juguete en una mano. En la otra, un títere para dedos. Camina y se agacha, gatea. Besa el piso, agradecida de poder trasladarse, cosa que hace desde hace muy pocas semanas. Es hermoso verla así. Ahí viene caminando, una pelota verde en la mano, camina como un patito, atraviesa el living, tres metros seguidos. Tiene puestas unas medias para no andar descalza, pero se le van corriendo y finalmente tropieza. Se las quito. 7e7é se queja:
- No le saques las medias, el piso está muy frío.
- Todos estos días la tuviste descalza en muchas oportunidades, ¿qué diferencia entre esos episodios y este?
- Está bien, dejala así
- No, en serio, no tengo problema en volver a ponerle las medias
- Dejala así, pastel, no se las vuelvas a...
Le puse las medias reforzándolas, apretando los pantaloncitos del jogging. Inmediatamente, Diamante intentó arrancárselas, le pedí entonces que se olvidara de esas medias y se largara a caminar y jugar entre sus cosas y los elementos de la casa, las sillas, los gatos, nosotros, la mesa, la biblioteca, el corralito.
Cenamos un locro que hizo en Rafael Calzada el Dr. Franklin. 7e7é dice que, entre nosotros, sólo existe la violencia cuando hace falta. El locro lo tomo en un recipiente de barro con fantasía, mantiene el calor de la comida. 7e7é lo sirvió allí especialemente, porque sabe la fantasía que me hacen las altas temperaturas.
- ¡No es para jugar! -le grita ahora al bebé, que volcó el líquido del vasito avent. Diamante, entonces, hizo He-Man.

lunes, julio 13, 2009

Salió MUSULMANES

Diamante y 7e7é duermen. Es lunes por la madrugada, acabo de terminar un libro para reseñar esta misma mañana. Hace calor en el living del depa. Puse el caloventor. Creo que voy a sacarme el pulóver, empiezo a sentirme sofocado.
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Me lo quité nomás. Ahora siento mis brazos, tengo puesta mi musculosa blanca. Escucho la radio mientras escribo. Elegí esta foto de Primo Levi para comentar la salida de mi última producción literaria, Musulmanes, una novelita muy breve que acaba de publicarse en Editorial Casa Nova, colección Barranca Yaco. La lectura de Levi fue esencial en el proyecto de la novela. Trabajé durante 2006 y 2007 en torno a la sobrevivencia de la escritura y otros motivos.
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La novela se consigue en algunas librerías de Buenos Aires. Hagamos una lista: Liberarte / Gandhi / Edipo / Centro Cultural de la Cooperación / Eterna Cadencia / Boutique del Libro de Palermo / Cobra Libros / Bilbos Puán / Santiago Arcos / Gambito de Alfil y no sé bien dónde más...
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La presentación de Musulmanes iba a ser el viernes 17 de julio pero tuve que suspenderlo por un teje que le surgió a mi esposa. No sé si será el 7 de agosto o el 14, todavía no lo confirmamos, pero será en agosto, en un teatro del barrio de Congreso. Ya lo comentaré aquí si es que no vuelvo a abandonar este espacio.
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En la contratapa del libro, Eduardo Muslip escribió: "Todo en Dorr suena a experiencia personal, pero paradójicamente su escritura es a la vez la experiencia radical de lo otro. El mundo nunca es apenas espectáculo sino una energía que moviliza profundamente al narrador, el que a su vez interpela a su lector de un modo directo e individual. En Musulmanes resuena el efecto de diversos estímulos: el amor, las drogas, la paternidad, las lecturas, la amistad; todo hace vibrar intensamente la voz de Dorr y, cuando la intensidad es todavía mayor, su experiencia se traduce en tonos oníricos y poéticos. El mundo emite una luz que Dorr recibe, su mirada la procesa sin suavizar los tonos más extremos, y su escritura la irradia".